Época donde la iglesia se encargaba de grabar a fuego que la inteligencia y la fertilidad eran contrapuestas.
Juana se cría en un ambiente familiar represivo, con un padre cruel, maltratador y castrador, pero donde, a pesar de todo su inteligencia sobrepasará tempranamente a la de sus dos hermanos varones. Tendrá que huir de la incomprensión familiar hacia los lugares donde se resguardaba el conocimeinto, los monasterios, y lo hará de la única forma posible... disfrazándose de hombre, logrando lo que nadie imaginó, acceder al trono papal.
Sea lo que fuere, ésta es una historia sobre todo de superación personal ya que, desde la veracidad o no del hecho, se presenta la dura vida de una mujer valiente, adelantada a su tiempo, que se atrevió a revelarse contra los rígidos preceptos que en la oscura edad media dirigían la vida de las féminas.
La novela se convierte en una asfixiante lucha contra el sistema, y lo que es más duro, contra el instinto, porque ante todo Juana es mujer, y como tal acabará experimentando un sentimiento tan natural como es el del amor. Ante tal tesitura, su existencia se verá aún en mayores dificultades: lucha contra la familia, contra el varón, contra el estamento eclesiástico… una lucha al estilo David contra Goliat, con sinsabores pero con muchas satisfacciones.
El final, es algo que no contare ya que debe ser leído, y por ende aquel que lo lea debe sacar sus propias conclusiones.
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